La retroalimentación personal es un proceso mediante el cual un individuo recibe información sobre su propio comportamiento, desempeño, habilidades y objetivos, utilizando esa información para mejorar su rendimiento y alcanzar sus metas. Puede ser recibida de diferentes fuentes, como la autoevaluación, la evaluación de un amigo, compañero o jefe de trabajo, o mediante la observación de un mentor o entrenador.
La retroalimentación puede ser:
- Positiva: se refiere a comentarios que elogian o aprecian el desempeño o comportamiento de un individuo.
- Negativa: se refiere a comentarios que critican o sugieren mejoras en el desempeño o comportamiento de un individuo.
Existen diferentes tipos de retroalimentación personal, incluyendo:
- Retroalimentación formativa: es la información recibida durante el proceso de aprendizaje o desarrollo de una habilidad, para ayudar a los individuos a mejorar su desempeño.
- Retroalimentación sumativa: es la información recibida al final de un proceso de aprendizaje o desarrollo de una habilidad, para evaluar el rendimiento.
- Retroalimentación continua: es un flujo constante de información recibida para mejorar el rendimiento continuamente.
- Retroalimentación estratégica: es información recibida para ayudar a los individuos a alcanzar metas específicas.
La retroalimentación puede ayudar a los individuos a mejorar su rendimiento, desarrollar nuevas habilidades, y alcanzar metas personales y profesionales. Sin embargo, la retroalimentación puede ser mal interpretada si no se da de manera apropiada y puede causar síntomas como:
- Inseguridad.
- Desmotivación.
- Resentimiento.
- Descontento.
Las estrategias para dar y recibir retroalimentación incluyen:
- Hacer preguntas abiertas para obtener una respuesta completa.
- Ser específico en los comentarios.
- Dar retroalimentación tanto positiva como negativa.
- Escuchar activamente cuando se recibe retroalimentación.
- Aceptar y aprender de la retroalimentación negativa.
- Proporcionar retroalimentación de manera oportuna.